“…Tres años antes,
culminando un largo y secreto tratado, el puerto fronterizo de Leticia fue
entregado oficialmente a Colombia; era también la entrega simbólica de una gran
extensión que limitaba el río Putumayo. Leticia era una zona militar y comercialmente
estratégica, en suma, una superficie territorial que representaba más de la
doceava parte del territorio nacional.
Políticos ignorantes de la realidad de nuestra selva, al margen de la historia y del derecho, negociaron un tratado lesivo a la integridad territorial y como siempre, no faltaron arribistas e incondicionales que no sólo callaron, sino que fueron colaboradores en el tremendo genocidio, genocidio, sí, porque era el exterminio civil de miles de hombres a quienes se les quitaba su patria. …”
Políticos ignorantes de la realidad de nuestra selva, al margen de la historia y del derecho, negociaron un tratado lesivo a la integridad territorial y como siempre, no faltaron arribistas e incondicionales que no sólo callaron, sino que fueron colaboradores en el tremendo genocidio, genocidio, sí, porque era el exterminio civil de miles de hombres a quienes se les quitaba su patria. …”
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