Con las infinitas gracias a Vijay Prashad
Chomsky: «Trump es el presidente más
criminal que jamás haya habitado el planeta Tierra»
Por Vijay Prashad*
- Hola y bienvenidos a News Click.
Hoy tenemos la suerte de tener con nosotros al legendario Noam Chomsky. Noam,
bienvenido a News Click.
Un placer estar contigo, aunque sea
solo de forma virtual.
- Hace unos 60 o 70 años, Aimé
Césaire escribió una frase que me gustaría leerle: “Una civilización que no
puede solucionar los problemas que ha creado, es una civilización en
decadencia”. En mi opinión, esta es una frase muy acertada. Noam, ¿cómo
describiría la civilización actual, sobre todo en los países occidentales?
Hace 15 años escribí un libro
titulado Estados fallidos, que se centraba sobre todo en Estados
Unidos, pero que generalizaba sobre otras sociedades occidentales. Lo que han
hecho, bueno, antes ya tenían muchos problemas, pero lo que ha hecho occidente
en los últimos 40 años es participar en un proyecto, que está muy bien para las
personas que lo han diseñado, de hecho, ellas viven en el paraíso, pero que es
un desastre para casi todos los demás. Se llama neoliberalismo. En los años 70
prosperó realmente con Reagan y Thatcher. El diseño estaba bastante claro desde
el principio, como podemos ver en los resultados actuales, que son muy parecidos
a lo que ellos adelantaron. La riqueza se ha concentrado hasta unos niveles
extraordinarios, mientras que la población en general se ha quedado estancada,
degradada. Por ejemplo Estados Unidos, donde actualmente un 0,1%, no un 1%,
sino un 0,1% posee un 20% de la riqueza, y aproximadamente la mitad de la
población tiene un patrimonio neto negativo, es decir, más pasivos que activos,
así que más o menos un 70% vive al día, de nómina a nómina. Si se produce
cualquier imprevisto, pues mala suerte. Las prestaciones también han disminuido
considerablemente.
Se
habla mucho del libre mercado, pero eso son patrañas, es un sistema altamente
proteccionista, que está diseñado para garantizar los derechos de los
inversores
Lógicamente, la concentración de
riqueza se traduce directamente en un si cabe mayor poder de control sobre el
sistema político. Siempre ha existido, pero ahora se ha agudizado. Eso se puede
apreciar en la legislación, que está diseñada para destruir a los sindicatos,
para destruir los derechos laborales, para crear un sistema global, que luego
ha resultado ser perjudicial para los mismos responsables. Es un frágil sistema
global que está diseñado para sacar hasta el último céntimo de beneficio
posible de la movilidad del capital, aunque claro, sin movilidad laboral. Es un
sistema extremadamente proteccionista. Se habla mucho del libre mercado, pero
eso son patrañas, es un sistema altamente proteccionista, que está diseñado
para garantizar los derechos de los inversores.
Pongamos el ejemplo de los medicamentos,
ya que últimamente se habla mucho de eso. Existe una medicina que parece servir
para aliviar algunos síntomas. Es propiedad de una farmacéutica, Gilead, una
farmacéutica enorme, que desarrolló el medicamento, en parte, como siempre,
gracias a las ayudas gubernamentales para el desarrollo de la investigación.
Pero ellos quieren quedarse con la patente.
vivimos
en un mundo de gobiernos criminales que no se preocupan en absoluto por el
mundo
Según las reglas neoliberales de la
Organización Mundial del Comercio, tienen derechos de monopolio durante
décadas, así que pueden cobrar, no sé, unos 20.000 dólares por dosis, si
quieren. Bueno, pues resulta que existe una ley en Estados Unidos, la Ley
Bayh-Dole, puedes comprobarlo si quieres, que obliga, no autoriza, sino que
obliga al gobierno a garantizar que si un medicamento se desarrolla con ayudas
del gobierno, tiene que estar públicamente disponible a un precio razonable.
Pero vivimos en un mundo de gobiernos criminales que no se preocupan en absoluto
por el mundo. Para nada. Reagan lo dejó bien claro y todos los que han venido
después han hecho lo mismo. Así que todos ignoran esta norma y ellos pueden
cobrar lo que quieren. Bueno, ahora la presión sobre ellos es tan grande que
puede que den marcha atrás, pero así es como está diseñado el sistema.
se
abandona a la gente a su suerte, se la atomiza
Y ese es el efecto que ha provocado
en la gente, que ha marginado a muchas personas, ha creado lo que se denomina
el precariado; es decir, una gran cantidad de personas en una situación muy
precaria, sin sindicatos, sin ayudas. Tal y como señaló Thatcher, la sociedad
no existe. Reagan y Thatcher dieron justo en el blanco. Lo primero que hicieron
fue intentar destruir a los sindicatos, que es la única protección que tiene la
gente frente al capitalismo depredador. Así que destruyámoslos. Bueno, Reagan
ni siquiera aplicó, bueno, no ni siquiera, sino no aplicó a propósito la
legislación laboral que obliga a respetar ciertos derechos laborales y no
contratar esquiroles, que es ilegal en todo el mundo, para acabar con las
huelgas, y las empresas solo tomaron el testigo e hicieron lo mismo. Así que se
abandona a la gente a su suerte, se la atomiza. Una de las consecuencias es una
gran ira, rencor y odio hacia las instituciones. Y este es un terreno fértil
para que aparezcan demagogos y digan que la culpa es de otro, como por ejemplo
los inmigrantes, los espaldas mojadas, las madres que viven de las ayudas, como
sucedió en tiempos de Reagan, algo que es extremadamente racista, y culpar de
los problemas a las madres negras ricas que van a cobrar el subsidio en
limusinas para robarte lo tuyo. Ese tipo de cosas. Trump es un genio en ese
sentido, lo hace constantemente. Por eso habla tanto de construir el muro y
todo lo demás.
Y esto está sucediendo en muchos
otros países, terreno fácil para los demagogos. Ese es el mundo al que nos
enfrentamos: un mundo de capitalismo salvaje y extremo que ha tenido 40 años
para destrozarlo todo. En Europa esto se agudiza por la propia estructura de la
Unión Europea, que transfiere todas las decisiones, las decisiones importantes,
a una troika no electa, a Bruselas, que tiene a los grandes bancos observándola
por encima de los hombros, así que puedes imaginarte cuál será el resultado.
Ese es el mundo actual. Y todavía no he hablado de lo peor.
es
el presidente humano más criminal que jamás haya habitado el planeta Tierra
Pongamos India, por ejemplo, que en
50 años será un lugar inhabitable, si persiste la situación actual, muy
probablemente, no es seguro, pero si el curso de las cosas sigue como hasta
ahora, los análisis más creíbles sugieren que India será sencillamente inhabitable,
todo el sur de Asia, será inhabitable, por el calentamiento del planeta. ¿Y
esto a quién beneficia? A los ricos y poderosos: empresas de hidrocarburos,
grandes bancos, fábricas contaminantes, etc. ¿Y qué estamos haciendo al
respecto? Bueno, la mayoría de países está haciendo algo. El país que más hace
es Estados Unidos. Está corriendo hacia el precipicio lo más rápido posible. El
principal plan de Trump es destruir las probabilidades de que exista una vida
humana organizada. Literalmente. Este es el presidente humano más criminal que
jamás haya habitado el planeta Tierra. De acuerdo, Hitler era un monstruo que
quería matar a todos los judíos, a todos los gitanos, a 30 millones de
personas. De eso podemos librarnos. Pero Hitler no quería acabar con la vida
humana organizada en el planeta Tierra, Trump sí. Sabe perfectamente lo que
está haciendo, pero le da igual. Y la gente que le apoya, por ejemplo el
director general de JP Morgan Chase, que está volcando dinero en los
combustibles fósiles, lo sabe perfectamente bien. Pero les da igual.
dicen
que no les gusta el Estado, pero mienten descaradamente. Adoran al Estado,
adoran el poder del Estado
De hecho, si lees a los nuevos gurús
liberales, que veneran a Milton Friedman… Este lo dice a las claras: la única
función de una empresa es maximizar el beneficio de los accionistas y de los
administradores. Si destruyen el mundo, no es su problema. Y la civilización se
derrumbará si no estás a la altura de ese objetivo. Esa es la doctrina
neoliberalista, que data de la década de 1920. No es nada nuevo. De hecho, todo
esto, la idea de neoliberalismo, se remonta a la década de 1920 en Austria:
Ludwig von Mises, el gran gurú Friedrich Hayek. Adoran la autoridad, dicen que
no les gusta el Estado, pero mienten descaradamente. Adoran al Estado, adoran
el poder del Estado. Von Mises, en los años 20, apenas podía controlar su
euforia al ver cómo el incipiente régimen fascista austríaco aplastaba el
movimiento obrero y acababa con la socialdemocracia, utilizando la violencia
para conseguirlo. Era maravilloso porque eliminaba las interferencias para una
economía sólida. Por eso alabó el fascismo y la salvación de la civilización.
Están
trabajando sin descanso mientras a todos los demás les están diciendo que se
queden en casa. Ellos trabajan muy duro para asegurarse de que el día de mañana
se parezca mucho a eso. Es una brutal guerra de clases
Cuando Pinochet instauró su dictadura
se apresuraron a apoyarla y a participar en ella porque era el experimento
perfecto para sus ideales neoliberales. No podía haber objeciones, las cámaras
de tortura se encargaban de que así fuera. Entonces el dinero comenzó a llover,
de inversores internacionales, del Banco Mundial, de Estados Unidos. Aun así
fueron lo suficientemente inteligentes para sobreponerse a sus doctrinas y
dejar en su sitio la muy eficiente empresa pública de cobre Codelco, que aporta
la mayor parte de la recaudación pública. Así que ahí olvidaron sus doctrinas.
El experimento perfecto. Pero, ¿qué sucedió? A los cinco años ya habían
destrozado por completo la economía. El Estado tuvo que intervenir más que con
Allende. ¿Cambió algo por eso? No, de hecho, cuando Hayek visitó Chile durante
la dictadura de Pinochet, dijo que no se había encontrado con nadie que no
dijera que había más libertad con Pinochet que antes, lo que probablemente
fuera verdad, si tenemos en cuenta la gente que visitó. Eso es el
neoliberalismo: le parece perfecto salir de la presente crisis con un sistema
muy parecido al que instauraron en beneficio propio, pero más duro, más brutal,
más autoritario, con mayor control policial. Es normal, porque eso es
perfectamente coherente con los ideales neoliberales de hace un siglo. Así que
no deberíamos estar sorprendidos. Están trabajando sin descanso mientras a
todos los demás les están diciendo que se queden en casa. Ellos trabajan muy
duro para asegurarse de que el día de mañana se parezca mucho a eso. Es una
brutal guerra de clases que se está desarrollando frente a nuestros ojos.
- Mientras hablamos, las calles
de Estados Unidos están ardiendo, la gente ha decidido que ya no va a aceptar
más esta situación, tras el asesinato de George Floyd. Incluso los liberales
parecen estar perdiendo la paciencia. Por ejemplo leí el otro día a George
Packer, que escribió un artículo con el título “Estamos viviendo en un Estado
fallido”. Es muy sorprendente ver a un liberal escribir sobre el estado
fallido. Y es desgarrador ver cómo asesinan a otro ciudadano afroamericano,
aunque también ver cómo la gente sale a las calles, quiero decir, ¿debería esta
reacción insuflarnos algún tipo de esperanza?
Bueno, en realidad lo que está
sucediendo sirve un poco para alimentar la esperanza. En primer lugar el
asesinato de George Floyd no es un acontecimiento inusual. Quiero decir, este
tipo de eventos solían suceder con cierta frecuencia, pero nadie les prestaba
atención. Lo que resulta prometedor, y es difícil decir esto en medio de las
revueltas, lo prometedor es que hay una reacción, y eso demuestra que se ha
producido una especie de mejora en el nivel de civilización del país. De igual
modo que antes pasaba desapercibido, al menos mucha gente era consciente y
antes no participaba, ahora sí lo hace. Sin embargo, déjame ofrecer una crítica
al respecto, es decir, lo entiendo, simpatizo, todo eso está muy bien, pero
date cuenta de cómo la atención se está concentrando en los otros policías: uno
de ellos es un asesino, pero los otros tres se quedaron inmóviles, no hicieron
nada. Están apareciendo numerosas denuncias contra los tres que se quedaron
inmóviles.
No obstante, de vez en cuando resulta
útil mirarse en el espejo. ¿Se te ocurre alguien que se quedara inmóvil,
durante, en verdad, casi toda nuestra vida y mucho antes, mientras sucedía este
tipo de cosas, que no hiciera nada? Gente como yo, por ejemplo, y todos los
demás, ¿qué hemos hecho para mejorar la situación que ha dado pie a esto? No
cabe duda de que podemos culpar a los policías que se quedaron inmóviles, pero
hay un problema de mayor calado, un problema muy arraigado en el lado blanco,
incluso las personas que son activistas, participantes, todos permanecimos
prácticamente inmóviles ante la situación. Las protestas actuales recuerdan en
gran medida a otras, las de 1992, tras el asesinato de Roger Rodney King,
aunque fuera la policía de Los Ángeles. Cuando los policías que lo asesinaron
salieron del juicio sin castigo alguno, se produjo una tempestad de protestas.
La semana de las protestas, creo, murieron 60 personas, se llamó a los
militares y la consecuencia, como siempre, fue desviar la atención hacia los
manifestantes: necesitamos más ley y orden, más fuerza. Esa es la respuesta
típica que se da frente a las manifestaciones, solo que ahora las protestas son
más numerosas.
Hay
que distinguir entre tácticas que hacen que te sientas bien y tácticas que
realmente consiguen algo bueno
Y debería señalar que esto da lugar a
preguntas que los activistas deberían plantearse, que siempre deberían
plantearse. Hay que distinguir entre tácticas que hacen que te sientas bien y
tácticas que realmente consiguen algo bueno. Las que hacen que te sientas bien
son sencillas, como romper un escaparate y demostrar lo enfadado que estoy, eso
hace que me sienta bien, pero ¿hace algo bueno?: no. Es un regalo para el
presidente Trump y para la derecha. Les encanta. Quizá sea difícil contenerse
en tiempos de rencor o crisis, pero si te preguntas a ti mismo, ¿cuál es mi
objetivo? La cuestión de qué hacer resulta evidente, siempre, a lo largo del
tiempo: son las protestas no violentas, que son difíciles y exigen valor y
contención, pero son las que han conseguido cambiar la opinión pública para que
apoye la causa que defendemos. Las protestas violentas siempre han sido un
regalo para los elementos más duros y más brutales de la sociedad. Y hay que
tener eso en cuenta si te tomas la causa en serio. Es duro, no es sencillo. Es
fácil simpatizar, sobre todo con los negros, que fueron pisoteados durante 400
años, y no se puede criticar ninguna reacción, pero los demás deberían pensar
seriamente en esas cosas.
- Ese pensamiento es muy
potente porque creo que la cuestión de la estrategia y la cuestión de las
tácticas deberían, como es lógico, tomarse muy en serio. Pero quería hacerle
una pregunta que creo que no se plantea mucho. En el Instituto Tricontinental
estamos dándole vueltas al concepto de coronashock y sugerimos
que mientras que los países más capitalistas lo están pasando peor en esta
pandemia, resulta bastante extraordinario que los países socialistas parecen
estar resistiendo mucho mejor. Uno de los primeros libros suyos que leí
fue The New Mandarins, que iba sobre Vietnam. Me afectó mucho,
Noam, porque sus escritos sobre Vietnam fueron muy importantes para aquellos de
nosotros que queríamos acercarnos y aprender más sobre el poder de Estados
Unidos. Vietnam y su primer ministro, Nguyễn, han mostrado una actitud
completamente diferente hacia la pandemia global y, de hecho, a pesar de
compartir una frontera de 1.400 kilómetros con China, Vietnam no ha sufrido ni
una sola víctima. Mi pregunta es si tiene algo que decir sobre este país, que
Estados Unidos bombardeó de forma tan brutal durante una gran parte de su
historia del siglo XX, y que no solo no haya sufrido ninguna víctima, sino que
además ha donado 440.000 equipos de protección personal a Estados Unidos. ¿Cómo
debe entenderse esto, un país que fue maltratado de forma tan brutal y que
ahora sea tan generoso en medio de una pandemia global?
Bueno, resulta sorprendente observar
las cifras de Vietnam, que no puedo comprobar, pero que los científicos parecen
aceptar, y todo parece indicar que el número de fallecidos ha sido bastante
bajo o hasta incluso cero. De hecho, si se observa cuando empezó la pandemia,
Estados Unidos estaba particularmente mal preparado, y hay muchas razones de
ello. La principal es que se trata de la sociedad que más dirigida está por empresas.
Y cuando la sociedad está gestionada por empresas, esta va a estar orientada
hacia el beneficio de los ricos. Esto es casi una tautología. Así que los
hospitales estaban siendo administrados siguiendo un modelo de negocio, casi
como una fábrica de montaje. Sin recursos de reserva, nada extra, porque eso
sería un desperdicio de dinero. Ni en circunstancias normales eso funcionaría
muy bien, pero cuando se produce una catástrofe o incluso algo medianamente
grave, es una tragedia.
cuando
la sociedad está gestionada por empresas, esta va a estar orientada hacia el
beneficio de los ricos
George H. W., el primer Bush, había
creado un consejo asesor científico y cuando Obama asumió el cargo, a los pocos
días de su mandato, lo activó y les pidió que elaboraran propuestas para tratar
una pandemia inminente. Todo el mundo sabía que iba a llegar y por eso les
preguntó ¿qué debemos hacer? A las dos semanas le entregaron un plan muy
detallado y se aplicó. En cuanto Trump inició su mandato, en sus primeros días,
lo que hizo fue desmantelarlo todo porque no generaba ganancias. Este es el
neoliberalismo extremo, en lugar del neoliberalismo moderado; salvajismo
salvaje en lugar de salvajismo moderado. Desde su primer día en el cargo, Trump
retiró los fondos del Centro para el Control de Enfermedades, cada año; eliminó
también los programas de científicos estadounidenses que trabajaban en China
con científicos chinos para intentar identificar posibles coronavirus. Un
trabajo duro y peligroso, de hecho algunos científicos chinos murieron
desempeñándolo, pero todo fue desmantelado.
Y ese es el extremo: Estados Unidos,
sin ninguna preparación. A los pocos días, China, increíblemente rápido, había
identificado la secuencia del virus, el genoma, y se la había entregado a todo
el mundo. Todo el mundo estaba al corriente. Estados Unidos no hizo nada. Los
servicios de inteligencia lo sabían, las autoridades sanitarias lo sabían, y no
quisieron hacer nada. Eso es lo peor. Europa se encuentra más o menos en el
medio, algunos reaccionaron y otros no; total, nunca les prestamos mucha
atención a estos asiáticos. Pero en la zona de China casi todos los países
reaccionaron. Vietnam lo hizo de manera extraordinaria, pero también Nueva
Zelanda y Australia reaccionaron, y lo contuvieron. Corea del Sur fue uno de
los más destacados en el sentido de que contuvieron un brote muy grave de
manera inmediata. Casi todo con test, sin confinamiento. No lo necesitaron
porque utilizaron técnicas de control y seguimiento, y también lo mantuvieron
prácticamente bajo control. Igual que Taiwán, Hong Kong y Singapur. Singapur
tenía hasta hospitales que habían sido preparados y mantenidos vacíos en caso
de que se produjera una pandemia. Sin embargo, occidente actuó mucho peor y
Estados Unidos fue el peor de todos.
Y creo que eso está directamente
relacionado con hasta qué punto un país está dirigido por las empresas, hasta
qué punto el gobierno se preocupa por sus habitantes. Estas dos cosas están
inversamente relacionadas. Bueno, no siempre, hay dictaduras que no se
preocupan por sus habitantes, pero en los países de los que hablamos, estos dos
conceptos están inversamente relacionados, en gran medida. Esto resulta en
cierto modo evidente.
De hecho, uno de los casos más
sorprendentes, que es algo de lo que no se te permite hablar en Estados Unidos,
es Cuba. Existe algo llamado la unión de la Unión Europea. Por ejemplo un país
rico, como Alemania, que ha sido capaz de contener el virus, más o menos,
porque tiene medios extra, más capacidad de diagnóstico, etc., ha conseguido
una tasa de mortalidad muy baja, porque es un país muy rico. Y luego está otro
país al sur, no muy alejado, que sufrió una terrible pandemia en el norte:
Italia. El norte de Italia. ¿Has visto médicos alemanes en el norte de Italia?
Quiero decir, si los había, lo han mantenido en secreto.
Pero sí ves médicos cubanos, el único
país internacionalista del mundo, que una vez más, ha enviado miles de médicos
a los lugares que se han visto más afectados, y que trabajan en las situaciones
más difíciles, al igual que hicieron tras el devastador terremoto de Haití y de
Pakistán. Este es un país, no hace falta que lo diga, que EE.UU. ha pisoteado
durante 60 años. Estados Unidos ha intentado aplastarlo con terrorismo, guerras
económicas, etc. Son tan rigurosos que si una empresa sueca quiere enviar
equipos médicos a Cuba, no puede hacerlo porque podrían despertar la ira del
señor de la mafia. Así que terminan no enviándolos. Y es Cuba, que para empezar
tiene al virus en gran medida controlado, quien envía ayuda a otros países, y
la ironía de todo esto supera cualquier descripción imaginable. Y eso es otra
cosa que no verás en los titulares de la prensa.
De hecho cuando se habla de ello, que
a veces sucede, se acusa a Cuba de trabajos forzosos por obligar a los médicos
a ir, para que el Estado pueda robarlos. Bueno, esto, como mucha de la
propaganda que existe, se basa en una minúscula verdad, porque parte de la
financiación que reciben los doctores la recibe el gobierno, que la destina a
los servicios de salud, a la formación y a mejorar los servicios de salud.
‘Cuba es un estado totalitario, con trabajo esclavo, entonces hay que aumentar
el castigo’. ¿Es esto una forma de fabricar consentimiento? Pues ese es un
magnífico ejemplo, en mi opinión. Pero ahí tienes a la Unión Europea por un
lado y, por otro, a la ayuda internacional del único país internacionalista del
mundo, el país que más ataques sufre del señor de la mafia. Y ese es el mundo
en el que vivimos. Pero de eso no se habla.
- Bueno, Noam Chomsky, ha
sido un verdadero placer tenerle en News Click y sobre todo terminar con usted
hablando de forma tan apasionada sobre Cuba. Muchísimas gracias.
Un gusto hablar contigo. Hasta la
próxima.
---
*Vijay Prashad es un historiador indio, periodista, comentarista e intelectual
marxista. Es director ejecutivo de Tricontinental: Institute for Social
Research y jefe de redacción de LeftWord Books
Esta entrevista se emitió en News
Click el 6/06/2020