sábado, 13 de agosto de 2011

GERMAN LEQUERICA. CHACARERO DEL ALBA



En mis fugaces visitas a Iquitos nos reuníamos Germán y me contabas entre otras muchas cosas de tus acreencias con editores, revistas y centros que tarde, nunca o mal cumplían, ofendiendo tu pacifica visita de cobranza. Reíamos acompañando la charla con café, cigarros y el “qué se va a hacer” del “Tanrrilla” vuelto ora famoso y con justicia, Orlando Casanova Heller, viejo amigo del barrio de Tavara West.
César Calvo decía que aprendió de ti a hacer poesía en un viejo programa dominical de Antena Uno radio que conducía su tocayo Lévano, que lo dijera él ya era bastante.
No fugo más a la canícula, y ya no están, ni tu, ni Orlando, y en el Ari`s es imposible conversar porque las motos mataron la tertulia, me queda tu poesía, los cuentos y la dramaturgia infantil del buen Tanrrilla.




De ti, va tu,


 CHACARERO DEL ALBA
 

Chacarero del Alba, de invierno y horizonte,
¡cómo te duele el sueño en las pestañas,
cómo vienes del mito abandonado
al soplo mutilado de tu vuelo!
¿Por qué tanto volver a tu simiente
si hay fuerza de promesa en cada rama?
¿No saldrás de tu espiga envuelta en hojas
ni verás el crepúsculo del tiempo?

No dejes que se muera la caricia fresca
de la yuca crecida a flor de agua;
ni dejes de arreglar tu viejo tambo,
de afilar tu machete destemplado;
no dejes otra vez a la deriva
tu canoa sin quilla en la tormenta.

Abre de par en par tu mosquitero,
viejo amigo, chacarero hermano,
y sal a recoger el alba pura
con tus manos en alto de esperanza.
Recuerda que eres fronda, sol, latido;
sudor en cada codo venciendo la corriente.

Chacarero del Alba, alguna vez,
no te veré tan sólo de hojarasca
sobre un montón de penas rema y rema.
¡Harina abandonada sin ser de otro costal!



Germán Lequerica 

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