Brindo
por la memoria
de las
batallas que tuvimos
sin
ningún muerto
o
malherido,
por los
años de reposo
en
armisticio,
por las
capillas levantadas
y el
dios te guarde de la despedida,
no
estábamos para pensar en el futuro
dependiendo
de la voluntad de los mayores
aunque
pasaran las aves en bandadas
las
estaciones no se notaran claramente
o estuviéramos
precisamente donde no nos buscábamos.
Cuando
necesitábamos del fuego
del
calor del abrazo y los mordiscos
de los
líquidos confundidos posesivos
parando
los relojes
dejando
de sonar el día
ocupándonos
estaban otros espacios
no
teníamos por cierta la razón de nuestro encuentro
nos
esperaban nuestros propios avatares
confundidos
entre la hojarasca los libros y la música
los
niños que paseaban juguetones
las
mujeres apuradas al trabajo
los
hombres
de
reojo
mirando
cabizbajos sus deseos.
De: "De lluvias y garúas"
FM 9/2008
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