Desconozco si la masonería de Iquitos participó
activamente de los debates y propuestas en favor de la tolerancia de cultos
promovidos por la “Gran Logia del Perú” (a la que regresó tras la unificación
de 1890) toda vez que no he podido revisar sus archivos. Sin embargo, en la
medida que a la logia “Unión Amazónica” pertenecían varios judíos europeos y
del norte de África, así como protestantes, resulta lógico que esta tuviera una
posición en favor de la tolerancia religiosa. La única huella hallada de su posición
frente a la tolerancia de cultos se
encuentra en un editorial de El Independiente (13.4.1895) publicado bajo el título
“Nos complacemos”, comentando las celebraciones de los “israelitas” que se
habían congregado para “conmemorar el día en que sus antepasados rompieron las
cadenas que los detenían en Egipto”. En éste se afirmaba que aunque no
existiera la libertad de cultos en el país, en Iquitos había libertad de
creencias (31)
Gracias a las condiciones locales y a la influencia
social económica y política de varios de sus integrantes, a diferencia de otras
localidades del país, en Iquitos no fue necesaria una acción confrontacional
para lograr el establecimiento de pabellones de distintos credos en el
cementerio público como ocurrió en
muchas localidades del país (Armas Asin,
1998: 73) (32). Cuando en la
década de 1890 se planificó la
construcción de un nuevo cementerio para sustituir al antiguo que estaba casi invadido por la
población, los influyentes comerciantes judíos lograron que dentro del nuevo
camposanto inaugurado en 1897--- construido con aportes del presupuesto
departamental, así como del vicario de Chachapoyas y la población local--- se
estableciera un pabellón
judío. No tuvo
igual suerte la comunidad
china que había
tenido su propio
cementerio pero no tenía todavía influencia social ni alguno de
sus miembros se había incorporado por ese entonces a la logia. En cambio,
también los protestantes, que hasta 1897 tuvieron su
propio cementerio fueron
invitados a constituir
un pabellón en el nuevo cementerio (33). La filiación
masónica no impidió que, actuando como padrinos
del cementerio, algunos
masones hicieran aportes
sustanciales para la
construcción de la capilla del
mismo. No en vano un
significativo grupo de masones
copó la dirección de la Sociedad de Beneficencia de Iquitos, fundada recién en
1897, que tuvo bajo su jurisdicción la administración del cementerio de la ciudad (34). Cabe
señalar que la logia “Unión Amazónica” realizaba tenidas de funerales en su
templo, aunque ocasionalmente las celebraba de manera colectiva por los
fallecidos en un determinado período transcurrido. Estas tenidas no eran
secretas y ocasionalmente estaban acompañadas de una procesión pública al cementerio
(35).
3. Conexiones
entre la masonería loretana y la brasileña
La masonería brasileña y las de los Estados de Pará
y Amazonas con las que los masones de la “Unión Amazónica” tuvieron relación,
posee algunas peculiaridades en el contexto latinoamericano. Mientras que en
los países que fueron colonias de España la masonería, que jugó un papel
importante en la emancipación política de estos países, enfrentó una crisis
después de la Independencia, en el Brasil ésta mantuvo su vitalidad a lo largo
del siglo XIX e incluso su influencia en la política imperial. Tanto Pedro I como Pedro II,
emperadores del Brasil, eran masones
y dignidades grado XXXIII, situación que había permitido que la
masonería gozara de protección frente a las censuras formuladas por la Iglesia, tanto así que el segundo no sancionó
la publicación de la
encíclica de Pío IX
de 1864 en la que se denunciaba a la
masonería, y en Brasil muchos
miembros del clero eran abiertamente
masones(36). A más de esta “masonería de Estado”, la masonería gozó de
gran aceptación entre los republicanos y los liberales que más tarde impulsaron
la fórmula federal. Fueron los masones liberales, liderados por Rui Barbosa,
quienes impulsaron la abolición de la esclavitud en el Brasil al punto que, en
algunas logias, sus miembros liberaron voluntariamente a los esclavos, no
admitían a gente no comprometida con la liberación de estos, y sus miembros
destinaban 1/5 de sus ingresos a dar libertad a niños esclavos (Neves, 1993:
75; Bastián, 1993: 63). Después de que en 1884 la provincia de Ceará decretara
la abolición de la esclavitud, el gobierno imperial dio la ley áurea que la
abolió en todo el país en 1888. A este movimiento no fueron ajenas algunas
logias de Pará y Amazonas, donde hacia 1884 se logró la liberación de “los
cautivos” en esa provincia por medio de la campaña iniciada con la compra de
libertad con un fondo constituido por la logia (Da Almeida, 1993: 90). Cabe anotar,
sin embargo, que en
Pará como en Loreto la masonería no desarrolló una posición libertaria
frente a la cuasi esclavitud que estaban sometidos los peones indígenas y los
llamados caboclos sino únicamente frente a la población negra de origen africano.
La masonería brasileña liberal se ocupó, como la
peruana, de los temas de matrimonio civil, registro civil, cementerios
públicos, libertad de culto y educación laica con la ventaja de que
eventualmente contaron con apoyo desde el poder. En esto contaron también con
el apoyo de importantes sectores que promovían
la inmigración (37). No
obstante estos y otros temas,
como el de la esclavitud,
confrontaron a los grandes Orientes nacionales dando lugar a luchas intestinas
(Bastián, 1993: 52). La membresía de la masonería brasileña involucró por igual
portugueses y nacionales, siendo que entre los primeros se encontraba un
gran número de comerciantes y profesionales liberales que habían dejado
Portugal durante las diferentes etapas represivas: a lo largo del siglo XIX.
Entre ellos se encontraba un grupo de prominentes judíos. Según Bastián (1993:
61), esta sería la esencia de la masonería brasileña.
La propuesta de un régimen federal para el Brasil
fue promovida abiertamente por la masonería, aunque los planteamientos no
fueron privativos de ésta. El federalismo había sido propuesto tempranamente en
reacción al régimen monárquico con centralismo político y administrativo, el
que además absorbía un alto porcentaje de la recaudación en las provincias. Incluso
tuvieron lugar diversas
revueltas en favor del federalismo en la primera mitad del siglo XIX.
Los federalistas acusaron al centralismo de despotismo a pesar de que existía
una cámara de representantes y atacaron el nombramiento de los presidentes de las provincias y su rol subordinado
(Murilo de Carvalho, 1993: 64-65). Aunque Tavares Bastos, el principal teórico
del federalismo y la descentralización, no había promovido la reforma antiesclavista
en que había estado empeñada la masonería liberal, ambos sectores coincidieron
en relación al federalismo (Murilo de
Carvalho, 1993: 67)38. Así, desde
la perspectiva de Rui Barbosa el centralismo era responsable de que el
separatismo estuviera adquiriendo una “fuerza irresistible” por lo que urgía a
su establecimiento. Finalmente fue un golpe militar el que trajo abajo la
monarquía en 1889 y estableció la república cuya constitución federal fue
jurada en febrero de 1891(39).
La masonería de Pará era eminentemente republicana y
algunos de estos sectores debieron favorecer una separación del
Brasil monárquico, ya que la
referencia a la “fuerza irresistible” del separatismo en Brasil incluía de manera explícita a la
provincia de Pará en 1889 (40). La postura separatista, a la que me referiré
más adelante, estaba aparentemente en desarrollo entre los republicanos
paraenses desde la década de 1860. Esta posición guardaba relación con el
rápido desarrollo de la economía gomera y agrícolai en Pará amparada en una
sostenida corriente de migración interna e inmigración extranjera favorecida
por la oligarquía local. En verdad, esa posibilidad era a fines del siglo XIX
una de las mayores pesadillas que enfrentaban todos los países partícipes de la
cuenca amazónica donde el crecimiento económico tenía una notoria autonomía
respecto de las economías nacionales.
Si bien en los debates previos al establecimiento de
la república habían sido los políticos de Río Grande del Sur quienes
exigían más radicalmente
la cuestión de la autonomía estatal, llegado el caso, en el debate
acerca de la constitución federalista
fue el estado
de Pará el que
dio una fuerte
respuesta cuando el primer
presidente del Brasil decidió disolver la asamblea legislativa que lo había
confrontado consistentemente. En ese contexto el prestigioso gobernador de
Pará, Lauro Sodré, fue el único que no respaldó la medida del presidente
Deodoro da Fonseca (41). Aunque todo indica que Sodré gozaba de gran respaldo
en Pará, todavía bajo su gestión como gobernador de Pará se mantuvo vigente una
corriente que postulaba la creación de una república amazónica como veremos más
adelante (42).
No contamos con informaciones acerca de la postura
específica y actuación política de las
logias de Pará
con las que
la de Iquitos
estaba entonces en comunicación sobre
estos asuntos, en
particular las logias
capitular “Cosmopolita”, “Harmonía”, “Auroral”, “Firmeza e Humanidade”.
Sin embargo, sea que las logias masónicas paraenses o sectores de entre sus
miembros apoyaran tempranamente el federalismo, impulsaran esquemas
separatistas o no, el activo intercambio cultural con Pará y Amazonas gracias
al continuo flujo de vapores y los tratos comerciales contribuyeron a que los
acontecimientos del Brasil fueran seguidos en Loreto con atención. Debe
recordarse que el comercio de Iquitos no podía escapar a las determinaciones
del Brasil debido al control aduanero, el uso de crédito de casas brasileñas
por parte de extractores y casas comerciales y el transporte fluvial-oceánico. Como hemos visto, en la década de 1890 algunos grandes
comerciantes de Iquitos no solo tenían casas corresponsales en Manaos y Belén sino
que habían abierto sus propias casas de comercio, Además,
por las facilidades para el comercio en el Yavarí, algunas casas
registraban a sus embarcaciones en el Brasil. Desde su aparición en 1890 los
periódicos de Iquitos insertaban regularmente noticias del Brasil, incluyendo
notas sobre los eventos políticos. Las ediciones de El Independiente de 1895,
por ejemplo, daban cuenta de noticias del Brasil con tanta amplitud como de
noticias nacionales (43). Además, para entonces, en Pará circulaban al menos
tres diarios, ejemplares
de- los cuales llegaban a Loreto regularmente tanto a manos de los
comerciantes luso-brasileños, algunos de los cuales integraban la cámara de
comercio de Iquitos, como a manos de los nacionales y extranjeros ya que las noticias
comerciales, precios, tráfico oceánico o apertura de frentes,
eventualmente disputados por los peruanos, eran esenciales para el
comercio de gomas de Iquitos. También en Manaos se publicaba un diario de
filiación masónica, A Federacáo, que se leía en Iquitos. Las constantes visitas
de comerciantes en ambas direcciones, incluidas las practicadas a las logias
también habrían facilitado la familiarización de los masones de Iquitos con el
acontecer político del Brasil en general y de los estados amazónicos en
particular.
Las conexiones de la masonería loretana con la
brasileña reforzaron los lazos con las
provincias amazónicas de Amazonas y Pará
y los vínculos personales de los
comerciantes en favor de sus estrategias económicas. Aunque estas conexiones
-institucionales y personales- fueron
utilizadas en el momento del levantamiento de 1896 al menos
para ganar las simpatías de locales que facilitaran el flujo de información
acerca de la reacción en Lima, el abastecimiento de alimentos y
armas y, sirvieran para bloquear el paso de la expedición marítima que se
dirigía a Iquitos a
debelarla, no ha
sido posible ubicar
posiciones públicas de las logias
de Pará y Amazonas en ese sentido. No obstante,
en la época
era público que el diario paraense A Provincia do Pará que favoreció a
los federales de Loreto y actuó hasta cierto punto de portavoz de éstas, era
vocero de posiciones masonas pro
federales desde tiempo
anterior. Por lo demás,
es indudable que fue la
realidad del país vecino la que más familiarizó a los loretanos con esta forma de gobierno(44).
Por último,
tenemos indicios de que posturas de corte separatista, como las que en 1886
denunció Fray Bernardino González, se plasmaron particularmente a partir de la
década de 1890 en propuestas en apoyo a la idea de constituir una república
amazónica como la que bullía desde hacía algún tiempo en los estados de Pará
y Amazonas en el Brasil. Estas
posiciones fueron favorecidas por el recorte de la autonomía departamental y el
conflicto generado por la anulación de las elecciones a la Cámara de Senadores
que encendió fuertes rencores respecto de Lima, a lo que ya me he referido en
el capítulo anterior. Una tesis de 1892, presentada en la
Universidad Mayor de San Marcos, cuyo
autor se oponía tajantemente a la
implantación de la forma federal, vinculaba las posturas separatistas de Pará
con tendencias equivalentes en el Amazonas peruano. A partir de una reflexión
acerca del desorden que “el federalismo produce” su autor señalaba que en Pará
y Río Grande el “germen
de desunión”, se expresaba
en la existencia de partidos constituidos
con ese fin y añadía:
“y no sería extraño que en esa corriente envolvieran
a las ricas comarcas del Amazonas que con actos positivos alguna vez han
mostrado serias tendencias á anexarse al Brasil”.
Para dar mayor verisimilitud a sus especulaciones se
refería a informaciones que databan de algún momento entre la proclamación de
la República en 1889 y 1892 que posiblemente tenían origen en Guillermo A.
Seoane:
“Un Plenipotenciario del Perú cuya palabra merece
entera fé, ha asegurado al que estas líneas escribe que en el Ministerio del
Exterior de aquella República, existe una petición hecha durante los últimos
años del imperio por muchos de los ricos ciudadanos de las regiones amazónicas,
para formar parte de aquel estado. Auméntase este peligro, con la completa desvinculación
que el gobierno federal produce como consecuencia necesaria” (Burga, 1892:
609).
Evidencia de que los sectores de comerciantes de las
regiones amazónicas del Brasil no habían cejado en el proyecto de constituir
una república amazónica es la noticia de que en mayo de 1895 un
cónsul brasileño, en conjunción con comerciantes de la provincia de Bajo
Amazonas, planificaban acciones con ese propósito, lo que fue advertido por
Brasil al Perú (45). Como veremos más adelante, algunos sectores de Pará
leyeron la proclamación federal de Loreto en 1896 como anticipo o paso
favorable a la constitución una república amazónica.
Si bien por la naturaleza de la información disponible
no podemos establecer fehacientemente que la logia como espacio institucional
se constituyera propiamente en caldera de las propuestas autonomistas, o aún
federalistas, todo indica que tampoco escapó a su desarrollo. Más aún, tomando
en cuenta las relaciones de la logia “Unión Amazónica” con la masonería
brasileña de Pará y Manaos, y el papel de ésta en relación a las reformas políticas que condujeron a la constitución de la república y la
implantación del régimen federal, es posible suponer que los nexos masónicos
sirvieron de canal de difusión de la experiencia brasileña y de las inquietudes
de otras regiones amazónicas comercialmente conectadas a Iquitos. Fuera como
vehículo de contactos o de ideas, las conexiones favorecidas por los vínculos
masónicos entre Loreto y el Brasil debieron alimentar y fortalecer las diversas
estrategias autonómicas que los círculos más influyentes de Loreto debatieron.
NOTAS A PIE DE PÁGINA
31. Desde al menos 1895 la colonia china contaba
también con un templo, pero más tarde se desarrollaron en Iquitos actitudes
contrarias a los miembros de esa colonia en crecimiento.
32. En el Perú los cementerios dependían de las
beneficencias públicas desde 1825 y estaban bajo control de los prefectos y del
Ministro de Justicia y Culto (García Jordán, 1991: 209).
33. ACPM, 1897. Oficio del Alcalde del Concejo
provincial de Bajo Amazonas a Alberto Banister, encargado de la administración
del cementerio protestante Iquitos 20.3.1897.
34. Es notorio que cuando se constituyó la
Beneficencia en Iquitos todos sus directivos fueron masones, como lo siguieron
siendo a lo largo de las siguientes décadas.
35. Poco después del levantamiento de 1896 se da cuenta
del siguiente acontecimiento con motivo del fallecimiento del masón Emiliano
Castañeda: el venerable maestro accidental José Purificación Hernández informó
que “para no privar a la viuda del consuelo de llevarlo de su casa al cementerio” se había acordado
no velar el cadáver en la logia sino
acompañar al cadáver al cementerio “llevando cado uno sus insignias respectivas,
presididos por el Estandarte de duelo de la Logia", para una semana más
tarde realizar sus funerales en el templo. Con
motivo de la manifestación masónica en ocasión del sepelio los masones
Benjamín Dublé, Martín Rivas, y Luis Ratteri informaron del “serio desaire a
los hermanos Jenaro Herrera y Ernesm Sánchez Lagomarcino” por el prefecto
Francisco Carrera Raygada. En virtud de ello se acordó tomar “la actitud
necesaria para reparación de vejamen inferido a la lnstitución Masónica” y “en
defensa de sus fueros” se dirigió al Supremo Consejo haciéndole conocer lo
ocurrido “pidiendo medidas conducentes a castigo de esta mala autoridad y se
haga conocer su malhadado nombre a todas las logias de la jurisdicción como
enemigo de una de las instituciones libres”. La comunicación fue enviada por
tres vías: la ruta del Pichis, la de Moyobamba y la de Pará para mayor
seguridad (Fraternidad, 1929: nº 14). No debe confundirse a Francisco Carrera
Raygada con el Comandante Germán Carrera Past-Venerable de la logia.
36. La protección a la masonería se aprecia también
en un incidente de 1872 cuando un sacerdote que había hablado en una logia de
Río de Janeiro fue conminado por su obispo a cortar sus relaciones con la
logia, a lo que éste se negó. A continuación el obispo de Pernambuco obligó a
las hermandades religiosas a expulsar a los masones, los que a menudo eran sus
miembros más prominentes. Al negarse éstas, el obispo suspendió las funciones
religiosas de la Hermandad del Santísimo Sacramento lo que ésta contestó
apelando al Emperador quien, como jefe de la Iglesia Católica, ordenó al obispo
mirar la prohibición y aún lo sometió a juicio al resistirse. Igual situación
se dio en Pará por la intervención del Obispo. Un acuerdo entre el Vaticano y
la corte permitió que los masones recuperaran sus derechos ante la Iglesia en
1875 (Bum, 1980: 226-227).
37. Tras la guerra civil de los Estados Unidos de
Norteamérica un grupo numeroso de familias marchó al Brasil donde fundaron una
colonia denominada Americana. Así, en 1865 llegaron 154 familias confederadas
procedentes de Texas, Alabama y Carolina del Sur, alentados por Tavares Bastos,
fundador de la sociedad de inmigración del Brasil. Muchos de estos inmigrantes
eran masones (Klein, s/f).
38. Tavares Bastos se alimentó de la obra de
Tocqueville y de los textos reunidos en El Federalista de A. Hamilton, J.
Madison y J. Jay (1991 [1787-1788]), de temprana
traducción al portugués. A diferencia de los federalistas peruanos, que tendían a
elucubrar en torno
al momento adecuado para
poner en práctica
el régimen federal, Tavares Bastos y sus
seguidores considerar que debía
implementarse sin demora,
aun si el Brasil contemporáneo
era un mundo oligárquico donde la mayor parte de la población carecía de
derechos civiles.
39. En Lima se realizó una velada literario-musical
con asistencia del Presidente de la República, el Ministro Plenipotenciario de
Brasil, el Decano de la Facultad de Ciencias Políticas y Administrativ.is,
algunos alumnos y algunos diputados para celebrar el primer aniversario de la
proclamación de la república en el Brasil. Curiosamente ninguno de los
asistentes se refirió en sus disursos a la constitución federal para el Perú
que se hallaba en proceso de elaboración (Anónimo, 1890).
40. Se trata de una referencia que data de un
personaje que estaba activo en Pará en 1861-1863 (Bastián, 1993: 56). La
economía gomera de Pará inició su despegue en la década de 1860 en que las
exportaciones crecieron de 2 672 toneladas
métricas a 8 218 en 1872. Para fines de 1885 habían crecido a 12 322 toneladas
métricas (Weinstein, 1983: 53).
41. A la postre fue la fuerte corriente de opinión
contraria a Deodoro da Fonseca lo que lo forzó a renunciar. Su Vicepresidente
re estableció el Congreso, y al cambiar a los gobernadores dejó a Sodré en su
cargo (Burn, l.980: 290). Sodré era todavía gobernador de Pará en 1896 cuando
el levantamiento de 1896 y con él se entrevistó el ministro Ibarra al mando de
la expedición naval peruana que se dirigía a Iquitos para reprimirla.
42. Como veremos, en el contexto de la proclamación
del Estado Federal de Loreto algunos diarios hicieron referencia a los planes
que habían estado vigentes en Pará: “Años atrás Pará quiso independizarse del
Brasil para, unido al Departamento de Loreto, donde no faltaron
hombres que se comprometieron a hacer entonces lo que hoy han hecho Madueño y
Seminario, constituir una nación que debía llamarse "República del
Amazonas". Fracasó el plan pero no pereció la idea y no sería extraño que
hoy llene el cerebro de los inquietos vecinos de Loreto” (Editorial de La Razón
de Trujillo del 6.6.1896 reproducida en El Tiempo, 10.6.1896}.
43. Así por ejemplo, en la edición del 27.4 1895 se
daba noticias sobre la revolución de Castilho que desafió al gobierno federal
en Rio Grande del Sur y la del 4.5.1895 sobre la conspiración contra el
presidente Prudente Moraes, “silenciada por la prensa”, lo mismo que sobre la
controversia entre Brasil y Argentina por el territorio de Misiones y el laudo arbitral
en manos del presidente norteamericano Cleveland.
44. En cambio es dudoso que la experiencia
federalista de Colombia, que llegó a su término en 1886, resultara muy familiar
a los loretanos. Argentina, que en 1880 se constituyó en federal, y Estados
Unidos, ambos países que algunos comerciantes de la época visitaron, pudieron
también haber sido una referencia.
45. Aunque más adelante las autoridades peruanas
negaron haber recibido información desde el Brasil acerca de este hecho.
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