Pese al entusiasmo inicial y a su gran convocatoria,
en sus primeros años la logia experimentó dificultades para su funcionamiento
regular ya que por sus labores profanas los marinos y comerciantes se hallaban
en constante movimiento, lo cual obligó
pronto a acordar que en lugar de las tenidas semanales se realizaran dos
reuniones al mes en fecha fija asociada al itinerario de los vapores del Estado
que los marinos conducían en las principales rutas de comercio. (8). Asimismo, “para
azuzar” a sus miembros a asistir e incrementar los fondos de beneficencia se
acordó aumentar el monto de la cuota por inasistencia sin causa legal y excusa
escrita. Pese a estos acuerdos, relativamente pronto, en 1872, la logia debió
dar aviso al Concejo Supremo de la suspensión de los trabajos. Todo indica que
la crisis fiscal y conflictos políticos internos determinaron esta decisión.
Hemos visto cómo la crisis fiscal de la década de 1870, que dejó impagos a unos
y otros por largas temporadas y dificultó la navegación fluvial, creó en
Iquitos un ambiente de conflictividad que involucró a comerciantes, autoridades
y oficiales y obligó a varios de los oficiales del apostadero a
dispersarse para llevar a cabo labores en el sector comercial privado. Además,
en el contexto de la campaña electoral de 1872, cuyos resultados favorecieron a
Manuel Pardo, las más altas dignidades de la logia tomaron partidos distintos.
Según Wehrlich (1990: 119) mientras un amplio sector de la población de Iquitos
y de los marinos destacados al apostadero favorecían al civilista Pardo,
puesto que atribuían
a Balta responsabilidad en la demora en el pago de
los subsidios para Loreto
y los sueldos del personal por razones no estrictamente
económicas, algunos simpatizaban con Balta y la posibilidad de que designara
como candidato a algún militar, al punto de que en Iquitos circularon rumores
de que el mayor de órdenes Enrique Espinar, afín a Balta, complotaba contra el
comandante masón Alzamora.
Indicación de esta situación conflictiva podría ser
el hecho de las elecciones de dignidades en junio de 1871, con la presencia de Espinar como Past Venerable; se
realizaron en la casa del marino Juan Pedro Guzmán mientras la tenida magna de
la fiesta de San Juan Bautista tuvo lugar en la casa de Espinar, si bien la
realización de estas tenidas en lugares distintos pudo deberse
a la reparación del templo
encargada en marzo de 1871 a una comisión (9) A esta fecha central asistieron
solo “13 hermanos por estar esparcidos”.
Después de ello, la historia de la “Unión Amazónica”
da cuenta de que en razón de la dispersión .de sus miembros y posteriormente a
consecuencia de la guerra con Chile, la logia mantuvo sus “columnas abatidas”
por largo tiempo habiendo dado cuenta de ello al Supremo Consejo. No obstante,
existen indicios de que en el lapso en que ésta había suspendido sus
actividades siguió operando, de manera irregular. De hecho, “con la aprobación
de una parte de los miembros”, en 1886 se cedió el antiguo taller o templo para
plantel de instrucción (Fraternidad, 1928-1930: nº 11)10. Es posible suponer
que la historia oficial de la francmasonería amazónica acomodó el inicio de lo
que ésta llama la segunda etapa para disimular su condición temporal de
irregular. De hecho, entre los actores de su relanzamiento de junio de 1888
figura como asistente Felipe del Campo, yerno de Espinar, asesinado en abril de
ese año. Por otra parte, una biografía masónica de Benjamín Dublé informa que
este presentó su solicitud para incorporarse a la logia en 1887, lo que vendría
a ser un año antes de que ésta quedara
rehabilitada.
Sea como fuere, la logia no volvió a operar
regularmente sino hasta la década siguiente en el contexto de una progresiva
expansión de la economía gomera y cuando a raíz de la ley especial y de
descentralización fiscal las fuerzas sociales se reagruparon. Según la historia
oficial de la francmasonería de Iquitos unos días antes del solsticio de invierno
de 1888 el propio Espinar y el nuevo subprefecto de Bajo Amazonas, el militar
Gaspar Carrera, convocaron a los masones residentes en el Valle para tratar la
reorganización de la logia 11. En esta ocasión entre los asistentes a la
reunión preparatoria y de instalación de la logia encontramos a varios nuevos
miembros, entre ellos varios comerciantes luso-brasileños y peruanos y a
algunas de las autoridades que habían
actuado en Loreto en las
postrimerías de la guerra con Chile.
Diera la impresión de que durante los años de inactividad algunos de los nuevos
miembros habían sido iniciados o habían avanzado en su carrera masónica en
logias del Brasil, como fue el caso del
propio Espinar que en el ínterin
había adquirido el grado XXX como Caballero Kadosh durante su estancia en Pará
como cónsul honorario (12). Así, es posible que durante los años en que las
columnas de la logia de Iquitos estaban abatidas, los masones de Loreto se
afiliaran a logias que pertenecían a la jurisdicción del valle de Pará o del de
Amazonas (Manaos) (13). A la postre esta referencia, que se suma a los
inevitables contactos económicos, será importante para entender algunos
planteamientos que derivaron en simpatías hacia la idea de formar una república
amazónica o incluso en planteamientos federalistas.
Es en el curso de ese año y los siguientes siete que
la logia vio crecer exponencialmente su membresía entre los comerciantes de
Bajo Amazonas, incluidos aquellos que operaban en las más lejanas zonas de
extracción como el Yavarí, en la frontera con Brasil, y curso alto del Napo, en
el Ecuador (14). Ahora junto a los grandes comerciantes de la era del
apostadero se afilian, se re adhieren o se inician en la logia de Iquitos los
comerciantes originarios del Huallaga establecidos en Iquitos al frente de las
más importantes casas comerciales tales como Cecilio Hernández y Luis F. Morey,
comerciantes-extractores como Carlos Fermín Fitzcarrald, Benjamín Scharff y
Julio C. Arana, además de funcionarios, jueces y periodistas. Entre los
comerciantes que son iniciados en estos años se encuentran Demetrio Ros, Pablo
Magne, Juan Clemente del Águila, Doroteo Arévalo, Juan Miguel Arévalo,
Guillermo Shermuly, Guillermo de Souza, Francisco J. Nunes, Guillermo de Brito,
Teodoro Schuler, Gustavo
Hemández, José Cardozo da Rosa,
Moisés J. Pinto, Juan B. De Mello Junior, Antonio da Silva Azevedo, L. Adolfo
Texeira, José Jesús Reátegui, Manuel Reátegui, Ramón Bernales y Alcibíades
Weninger. Varios funcionarios se iniciaron también, como Manuel Pinedo
Montalván, Otoniel Melena, Benjamín Maya, Purificación Hernández.
Otros, ya masones, se afiliaron o adhirieron a la logia de Iquitos, como
Ezequiel Burga Cisneros y Emilio Castre, Benjamín Dublé y Emilio Vizcarra.
Reflejo de este crecido interés es el marcado incremento de las tarifas
masónicas o derechos de iniciación y adelanto, destinados en gran parte al
llamado saco de beneficencia (15). Expresión de este momento de crecimiento de
la membresía de la logia de Iquitos y de la ampliación de sus relaciones con la
masonería del país y el extranjero es también el creciente número de relaciones
con otras logias en ese momento.
A instancias de Simón Martínez Izquierdo, un miembro
grado XVIII de reciente afiliación a la logia de Iquitos, la “Unión Amazónica”
solicitó su nueva carta patente ya no al “Gran Oriente del Perú” sino a la “Gran
Logia del Perú” de reciente constitución, que aquél consideraba “la más
reconocida en Perú y Europa” (16). La “Gran
Logia” asignó a la “Unión Amazónica” el N° 11 en sustitución del N° 5 con que
estaba registrada originalmente en el "Gran Oriente". Este cambio de
afiliación masónica reflejaba la división y rivalidad en la masonería nacional.
Ese año, por ejemplo, el Supremo Consejo Grado XXXIII comunicó a la “Unión
Amazónica” que mantenía rivalidad con aquella federación de logias simbólicas y
le recomendaba no aceptar la visita de miembros de las logias que no reconocían
los derechos territoriales del Supremo Consejo del Perú 17. En medio del caos
organizativo en la “familia masónica” la logia “Unión Amazónica” parece haber
mantenido intermitentemente y de manera irregular lazos con ambas potencias
hasta el proceso de unificación. Para afirmar los lazos con la logia de Iquitos,
en el año masónico 1890-1891 el Supremo Consejo designó como su representante a
Alejandro Rivera, a la sazón diputado por Bajo Amazonas (18) Pasada la
controversia, la logia reafirmó su lealtad al Supremo Consejo grado XXXIII, lo
que a la postre (1929) le ganó el título de “Benemérita” por haberle
permanecido fiel.
En su llamada segunda época la logia de Iquitos no
estuvo exenta de las dificultades para asegurar la asistencia regular de sus
miembros ocupados en actividades profanas. Sin embargo, dada su vitalidad y
creciente membresía pudo superar esta situación 19. En cambio, no pudo evitar
que algunos serios conflictos políticos locales se reflejaran en ella,
determinando que su fundador Espinar, involucrado en éstos, se alejara
temporalmente de la logia en 1892 y luego
“insinuara” la suspensión de
los trabajos masónicos
en junio de
1894. Para entonces Espinar había accedido al grado XXXI y ostentaba la
distinción de “hermano inquisidor”
otorgada en Lima por el Supremo Consejo al tiempo de regresar a Iquitos investido por el
gobierno de Cáceres con el cargo de Visitador de Guerra y Hacienda (20).
NOTAS A PIE DE PAGINA
1. Desde hace algunos años la logia “Unión Amazónica
5, nº 25” permanece desafiliada de cualquier de los dos Orientes nacionales en
afirmación de una política anti centralista y en abierta protesta por las altas
tarifas que se cobran por las cartas patente y la emisión de certificados
(Comunicación personal de dignidades de la logia, 2002).
2. Espinar había partido del Callao en enero de 1869
al frente de un grupo de oficiales entre quienes se hallaban algunos de los que
fundaron con él la logia, se afiliaron o se iniciaron poco después en ella
(AHdM:, 1870. Libro copiador. Departamento Fluvial de Lorero).
3. Las logias masónicas deben afiliarse a algún
“Gran Oriente” para obtener su carta patente y funcionar regularmente. Los
Orientes deben también reconocer los grados masónicos otorgados por las logias.
Su jurisdicción no es necesariamente nacional ya que una determinada logia puede estar afiliada a un
oriente fuera de las fronteras de
un país, en función de vínculos históricos o de las tradiciones rituales con
las que éstas trabajan.
4. Siete es el número mínimo de maestros masones
para instalar una logia. Al fundarse la logia “Unión Amazónica”, habiendo otros
hermanos masones en “el Valle”, es decir la circunscripción de ésta, se
consideró conveniente ampliar la convocatoria para instalarla.
5. De esta cantera provenía el comandante Federico
Alzamora, iniciado en 1853 (a los 24años) y Enrique Espinar iniciado en 1866 a
los 31 años (Zanutelli, 1996: 89, 96). A la rápida carrera masónica de Espinar,
quien era conocido en ella bajo el seudónimo de “Huascar”, debió contribuir su
profesión de arquitecto (Zanutelli, 1996: 110). Las logias que observan el
antiguo y aceptado rito escocés son “rojas”, tienen 33 grados en lugar de solo
los 3 grados simbólicos de aprendiz, compañero y maestro, y se considera se
ubican en la corriente esoterista.
6. Raygada, quien prestó el terreno para el templo
no era entonces masón ya que se inició recién en el año masónico 1871-1872. Era
un hombre cercano a Alzamora quien lo respaldó abiertamente en su sostenido
enfrentamiento con el almirante Tucker.
7. No sabemos si los estudios “lingüísticos”
realizados por el vizconde Onffroy de Thoron, quien dirigió una colonia
agrícola en Yurimaguas en la década de 1870, tuvieron algún
impacto entre los miembros de la logia de Iquitos. Según Wehrlich (1990:
227) éste postulaba que el rey
Salomón había navegado
el Amazonas y que las tierras del
antiguo testamento estaban en Loreto.
La asociación entre la masonería
y el rey Salomón es conocida, pero la noción de que éste hubiera estado
en Loreto, donde además se hallaba el paraíso, debió resultar atractiva.
8. Toda logia debe celebrar al menos una reunión en
el año so pena de perder su Carta
constitutiva pero se espera que realice reuniones ordinarias
frecuentes (semanales o quincenales) y reuniones extraordinarias. La masonería
celebra dos grandes fiestas anualmente en los solsticios. Las fiestas de San Juan
(Juan Bautista y San Juan Evangelista) del cristianismo,
también asociadas a antiguos cultos de fertilidad y ritos iniciáticos y de
primicias. Según Corbiere (1998: 48-9) Juan Bautista fue iniciado en el grupo
igualitario de los esenios; además el Apocalipsis del evangelista “contiene
importantes connotaciones gnósticas que fueron integradas al canon”. En el
templo los solsticios están representados por grandes columnas hacia occidente
a ambos lados de la entrada e indican la marcha del sol a lo largo de los 12
meses.
9. Dada la época de carestía los aportes para estas
reparaciones y la compra del terreno debieron ser recaudados en vales. En esa ocasión se eligió como
dignidades al comerciante Antonio N. Cepeda y a los marinos muy allegados a
Espinar, Fidel Cater y Bernardo Coronel. Poco antes Cater y Coronel
certificaron, a través del masón peruano Roberto Suárez de la Logia
Capitular “Cosmopolita” del valle del Pará Oriente del Brasil, que antes estaban
afiliados a aquella, la que los había elevado al grado de Caballeros de Oriente
y Occidente.
10. El hecho aparece mencionado también en uno de
los anexos del Dictamen de la Comisión Informadora (Carvajal. 1886: anexo
XIII). En 1888 la logia consiguió que la Municipalidad les devolviera una parte
del terreno.
11. En la década de 1890 el 24 de junio, fecha en
que la logia elegía a sus dignidades y se daba inicio al año masónico con una
tenida magna y un banquete de San Juan Bautista, a nivel profano se celebraba
también la fiesta de San Juan por influencia del departamento de Amazonas. En
Chachapoyas, su capital, la festividad de San Juan era organizada por la
“Sociedad Unión Amazonas”, cuyos mayordomos y caporales eran designados por M.
Albornoz. Esta sociedad tenía representantes
en Loreto, algunos
de los cuales eran a
su vez, masones (El Independiente, 13.4.1895). La Sociedad Unión Amazonas como
muchas de las asociaciones formadas en torno a un objetivo común tenía como
lema uno que bien podía pasar por masón que decía: “Confederada. Fraternidad y
Trabajo”. Sin embargo no debió tener filiación masónica tanto por la protección
de la diócesis, como porque no he encontrado referencias a que Mariano Albornoz
lo fuera.
12. Por
contraste, Alejandro Rivera continuaba teniendo el mismo grado que cuando en
1871 renunció a la logia “Unión Amazónica”. Las dignidades electas en 1888
fueron Enrique Espinar, Alejandro Rivera y Gaspar Carrera en ese orden
jerárquico, mientras que al año siguiente lo fueron Espinar, Rivera y Marcial
Pinón.
13. En Manaos estaba activa y en relación con la de
Iquitos la logia “Unión Portuguesa”.
14. En la cuenca del Napo ecuatoriano es notable la
participación del español Diego y Francisco Carmona junto con varios de los
principales comerciantes-extractores ecuatorianos y colombianos, los así
llamados “señores ribereños” quienes actuaban en ese espacio pero comerciaban
con Iquitos. Debo a María Eugenia Tamariz el haberme llamado la atención sobre
este hecho.
15. En 1889 se estableció el derecho de iniciación
en S. 50, el de adelanto a compañero (2do grado) en S. 20 y a maestro (tercer
grado) en S. 30. Además los afiliados debían pagar una cuota anual y de estos
ingresos la logia debía trasladar a la potencia masónica (la Gran Logia y/o el
Supremo Consejo) cuotas por los iniciados y todos los miembros.
16. Armas (1998: 120) señala que fue la Gran Logia
del Perú la que estuvo implicada en esos años en !as polémicas secularizadoras
y sobre la tolerancia.
17. En realidad la rivalidad parece haber sido
consecuencia del fracasado intento de unificación y reforma del sistema de
gobierno “dentro de normas liberales” promovido por “un número grande de
Logias” que debían obediencia al Supremo Consejo grado 33 lo que llevó a un
cisma. Según Zanutelli (1996: 36), en esa ocasión se separaron del Gran
Oriente, además de la “Unión Amazónica” N° 11 las siguientes: “Orden y
Libertad” N° 1 (Lima), “Cruz Austral” N° 5 (Callao), “Unión y Esperanza” N° 19
(Lima); “Estrella del Norte” N° 7 (Huaraz), “Filantropía del Guayas” N° 6
(Guayaquil), “Estrella del Sur” N° 8 (Concepción, Chile), “Fraternidad
Universal” N° 9 (Cerro de Paseo), “Unión indisoluble” N° 10 (Piura), “Fuerza y
Unión” N° 12 (Trujillo).
18. Algunas de las historias de la masonería que he
podido consultar son confusas en la reconstrucción de estas rivalidades y la
que existía entre la Gran Logia del Perú y el Gran Oriente, así como en
relación a los intentos de unificación porque se relatan desde el punto de
vista de los interesados o de las respectivas instituciones {López Albújar,
1961; Zanutelli, 1996). A su vez, historiadores como Armas (1998) fallan en
identificar las causas del conflicto por equivaler las federaciones de logias
simbólicas con el Supremo Consejo Grado 33 que regía los grados superiores.
Hasta donde he podido entender los conflictos entre la Gran Logia del Perú y el
Supremo Consejo, están relacionados con cambios introducidos por la segunda en
su constitución masónica de 1871 que afectaban las relaciones de jerarquía
entre ambas y sus formas de representación.
En el período 1891-1892 Alejandro Rivera fue elegido
Venerable Maestro junto al retornado Bernardo Coronel (entonces dedicado a la
marina mercante después de ejercer como cónsul del Perú en Pará) como Primer
Vigilante y a Emilio Vizcarra como Segundo Vigilante. Este último actuaba como
Jefe de la Guardia Civil.
19. En el año masónico 1892-1893, por ejemplo, el
venerable Buenavenrura Raygada, marino dedicado a la actividad mercante,
comandaba la lancha Mayo de la Casa Wesche que recorría el Ucayali.
20. Espinar había viajado en 1890 a Lima a presentar
los resultados de la Comisión Especial presidida por Palacios Mendiburu y
regresó a Iquitos en 1891. Aunque la historia de la masonería registra su
renuncia a la logia en 1892 como motivada por sus actividades profanas -que le
obligaban a realizar algunos viajes como Visitador de Guerra y Hacienda- su
alejamiento coincidió con la elección de Pineda, el administrador de la aduana
y alcalde de Bajo Amazonas como tesorero de la logia, personaje con quien tuvo
fuertes enfrentamientos hasta lograr su destitución en la aduana.
Bonita historia de la masoneria en el valle de Iquitos.
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